El pensamiento y la práctica patriarcal estructura al mundo en una serie de dualismos o pares de opuestos que separan y dividen la realidad, cada par de opuestos, en donde siempre la relación es jerárquica y la norma es casi universal, se denomina dicotomía, por ejemplo: civilización / naturaleza, mente / cuerpo, razón / emoción, conocimiento científico / saber tradicional, independencia / dependencia, hombre / mujer. Estructurados como pares de contrarios de desigual valor y así organizan nuestra forma de entender el mundo.
El sobrentendido de que la cultura es la superación de la naturaleza, justifica ideológicamente su dominio y explotación, privilegiando lo masculino (asociado a la razón, la independencia o la mente) legitima que el dominio sobre el mundo físico lo protagonicen los hombres, y las mujeres queden relegadas al cuerpo, al mundo "inestable" de las emociones y a la naturaleza, y todo esto es una construcción cultural.
Estar conscientes de esta dicotomía que genera la hegemonía patriarcal es continuar con su inminente desaparición, es seguir abriendo oportunidades que nos invita a redefinirnos como humanidad.